por qué las dietas no funcionan

¿Por qué cuando sigues una dieta  al cabo de algunas semanas de pérdida de kilos estancas? ¿Te has preguntado por qué las dietas no funcionan?

Nuestra sociedad nos propone miles de « dietas milagro » con un resultado satisfactorio inmediato. Son dietas que prohíben algunos alimentos, pudiendo llegar a crear carencias en nuestro cuerpo.

Pero hay una gran diferencia entre hacer una dieta y adoptar una alimentación razonable e inteligente.

Empecemos por hacer la diferencia entre perder peso y adelgazar.

¿Te has fijado en la diferencia de peso que hay durante un día, entre la mañana y la noche? Nuestro cuerpo pierde o gana peso constantemente (pueden ser de algunos gramos a algunos kilos), dependiendo de lo que comemos y de las actividades que realicemos. En cambio, adelgazar significa perder grasa. Podemos conseguir adelgazar gracias a una alimentación razonada y a una actividad física regular.

¿Y por qué después de una dieta los kilos vuelven?

Algunos estudios muestran que todos las dietas que prohíben algunos alimentos no funcionan a largo plazo.

¿Por qué? Nuestro cuerpo conserva la memoria de las hambrunas que la humanidad ha vivido. Se ha tenido que adaptar para vivir continuando igualmente a asegurar las funciones vitales. Cuando nuestro cuerpo se confronta a un periodo de privación, su reflejo es de economizar para asegurar lo mínimo fundamental. Así conserva las reservas y disminuye la energía que gasta en reposo para mantenerse en funcionamiento.

Es lo mismo como cuando estamos en época de crisis, reducimos nuestros gastos para poder pagar los impuestos y otros.

Cuando se acaba la dieta, empezamos una alimentación « normal ». Para nuestro cuerpo es un cambio muy importante, porque estaba acostumbrado a las privaciones, todo lo sobrante lo va a almacenar en algún sitio.

Y así es como vuelven los kilos !

El secreto para realmente adelgazar es hacer deporte y tener un aporte nutricional suficiente y razonable. Los dos factores van siempre ligados. Un 80% es la alimentación y un 20% es el deporte. Así que si comes mal y haces mucho deporte, nunca llegarás a los resultados.

Somos lo que comemos. Todo lo que comemos repercute sobre nuestra salud.

Hay que cambiar el modo de vida que llevamos, pasar a un modo de vida más natural.

¿Por qué las dietas no funcionan?

¿Por qué cerrarse en soluciones radicales como las dietas si nuestro organismo tiene los recursos suficientes de autorregulación y de regeneración?

¿Cómo comer bien?

Prepara las comidas, cocinando

Cocina y prepara tú mism@ las comidas para saber lo que realmente comes y cocinar a tu gusto.

Hay estudios que muestran que comemos menos cuando preparamos nosotros mismos los alimentos.

Si comes en tu lugar de trabajo es posible hacer una comida sana y rápida para llevar.

Cocinando se pueden descubrir muchos sabores diferentes.

La ventaja de cocinar es que puedes inventar y mezclar sabores diferentes.

Haz las compras después de comer

Haz las compras en tu tiempo libre, cuando no trabajas, en las horas de poca actividad y nunca cuando se tiene hambre.

Ya que así evitarás comprar lo que no necesitas y lo que no es bueno para tu cuerpo.

Cuando se tiene hambre, nuestro cuerpo reacciona a tentaciones y podemos comer por impulsos cualquier cosa.

Prefiere la cocción al vapor

En cuanto cocinamos un alimento, éste se modifica.

Un alimento bueno para la salud puede devenir tóxico dependiendo de la forma de cocción.

Así, por ejemplo, las temperaturas elevadas aumentan el impacto de azúcar del alimento cocinado, transforman las grasas, y las vitaminas y las fibras se modifican.

La cocción al vapor mantiene las vitaminas y minerales del alimento.

Es el modo de cocción más antiguo que existe.

No abuses de las frituras, la barbacoa y el microondas

Son cocciones que tienen un gran impacto para la salud.

La barbacoa crea hidrocarburos tóxicos a causa de la cocción violenta.

Cuidado con los alimentos quemados. ¡No los comas, son tóxicos!

Las frituras transforman los aceites en grasas tóxicas produciendo una inflamación en nuestro cuerpo y aumentando la glicemia (la tasa de azúcar en sangre).

El microondas destruye las vitaminas y los minerales del alimento.

¿Qué materiales utilizas para cocinar?

El plástico recalentado libera partículas tóxicas. Es mejor evitarlo y utilizar materiales de vidrio, de tierra o de cerámica.

En cuanto al aluminio, muy utilizado en nuestras cocinas y muy útil, es potencialmente tóxico; nuestro cuerpo no puede eliminarlo y se va acumulando a lo largo de los años, produciendo enfermedades degenerativas.

¿Quién no ha utilizado el papel de aluminio para envolver los bocadillos? ¿O para cocer las patatas al horno? ¿Cuántos alimentos que encontramos en el mercado están envasados con aluminio?

Es lo que decimos siempre, recurrir a productos más naturales.

Masticar y saborear

La digestión empieza por la vista.

¿Cuantas veces cuando has visto algún producto se te ha hecho la boca agua?

La salivación es el principio de la digestión. Masticar permite liberar los sabores del alimento, la sensación de saciedad llega antes y se come mucho menos.

Cuando masticamos ahorramos energía, porque reducimos la consistencia de los alimentos y evitamos una sobrecarga de trabajo a nuestro estómago.

Hacer 5 – 6 comidas al día

Come poco, pero más a menudo. Para ello basta con comer despacio y masticar, para tener la sensación de saciedad antes.

Comer poco no quiere decir privación ni control de calorías. Se puede comer lo que se quiere.

¿Has probado alguna vez de poner sobre la mesa todo lo que vas a comer (primer plato, segundo plato y postre)?

En la actualidad tenemos tendencia a comer más de lo que nuestro cuerpo necesita. La consecuencia es que consumimos más calorías de las que nuestro cuerpo gasta.

Para ello, en lugar de hacer 3 comidas principales haz entre 5 y 6 comidas al día. Así evitarás saciarte en las 3 comidas principales, porque llegarás con mucha hambre.

Si haces 3 comidas al día, y el día tiene 24 horas, de media comes cada 8 horas. Sabiendo que la digestión dura entre 2 y 4 horas, es normal que haciendo 3 comidas, llegues con mucha hambre.

Haciendo entre 5 y 6 comidas al día, comerás todas las 4 a 6 horas, comerás menos porque tendrás todavía la sensación de saciedad.

Siempre prueba y escucha tu cuerpo. A lo mejor, lo que yo te aconsejo de hacer 5-6 comidas al día, a mi me va bien, pero a ti no.

Come sin prisas

No hay que estresar nuestro sistema digestivo. Hay que saborear, degustar y respirar.

Cuando se está comiendo, hay que olvidar los teléfonos y los problemas y hacer de la comida un momento de tranquilidad.

No hay que olvidar que comer es un placer.

Come sano, fresco y variado

Prefiere una alimentación viva.

Evita los alimentos transformados y refinados.

Come variado para que tu cuerpo no tenga carencias.

Los productos congelados son una buena alternativa a los frescos.

La naturaleza es sabia. Elige los productos de temporada y de proximidad.

Come productos de temporada

Para poder beneficiar de los alimentos en pleno sabor y aprovechar de sus propiedades al 100%.

La naturaleza es sabia y nuestro cuerpo también.

Dale lo que la naturaleza produce hoy y no lo que producirá mañana. (Aunque tengas la elección en el supermercado).

Elige las frutas y verduras menos tratadas con sustancias químicas, a poder ser, los productos biológicos son los mejores, porque contienen menos pesticidas.

Escucha tu cuerpo

El cuerpo está en constante cambio; cambia en función de las estaciones, en función del estado de ánimo.

Hay que dejarle tiempo para que se adapte a los cambios.

Cada cuerpo es diferente. Escúchalo y elige lo que mejor te conviene a ti.

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